NI UN PASO ATRÁS!

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DEJAR CLARO EN LAS PASO Y EN LAS GENERALES DE OCTUBRE: NI UN PASO ATRÁS!! FpV ES SCIOLI-ZANINI Y EL PUEBLO ORGANIZADO

La lucha de clases es genuina porque expresa el objetivo del progreso en la búsqueda permanente de la libertad. Representa una clase, la de la fuerza del trabajo social mayoritaria en la humanidad. Como se impone sobre la otra clase la del Capital adueñado de los medios de producción, y por tanto de la economía, en representación de una ínfima minoría de la sociedad: entonces, la lucha de clases es motor del progreso de la historia, en la permanente disputa para cerrar el antagonismo entre el poder concentrado, las corporaciones trasnacionales, el FMI, BM, etcétera., en la que unos pocos usufructúan de la fuerzas productivas de los trabajadores inmensamente mayoritarios. Es en la lucha de clases, que desde el campo de los trabajadores, la que se propone eliminar la explotación del hombre por el hombre, y en ese sentido va eliminándose a sí misma porque desaparecerá la disputa social en la medida que triunfe la lucha de clases y dejará de tener sentido en una sociedad sin clases. Este curso, a su vez tiene muchas expresiones y estadios en la historia de la humanidad producto que la lucha de clases es en sí misma independiente de una de las partes siendo una fuerza que tiene su origen en las contradicciones que surgen del desarrollo de la civilización desde los orígenes de la humanidad, se expresa en las distintas sociedades y conlleva con ellas un cúmulo diverso de la realidad de la época como adquiere formas y deformaciones porque aún no se han podido desarrollar las condiciones socio-económico-políticos para superarla. Pero la lucha de clases siempre es el hilo conductor del progreso porque empuja a las clases a determinar el contenido de la sociedad. Por ello, los que niegan la lucha de clases a su vez no han podido contener o derrotar las fuerzas del progreso que ésta expresó siempre en las sociedades en permanente evolución desde los albores de la civilización con el atraso de la sociedad tribal, esclavista, el feudalismo al capitalismo actual etapa última que ya germinó -desde 1848 con el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels,- la concepción revolucionaria que superará la lucha de clases en la nueva sociedad socialista, pero que es por donde ella avanza hoy.

Por lo anterior, todo lo que hace al desenvolvimiento de la lucha de clases, siempre es socialmente un punto crítico permanente. Y donde esto se representa concretamente es en las direcciones que asumen el papel de ser parte de la historia del progreso de la humanidad. La Democracia en abstracto se queda en uno de los campos de las clases, porque lo que suma de ese contenido es la que enarbola la Libertad del ser humano como el eje de la existencia, las conquistas que a priori iluminan el camino de la nueva sociedad.

La Democracia a su vez debe ser, para realmente “ser”, una forma de gobierno en la que el que decide a su vez es el gobierno del pueblo. Todo lo demás es negar ser Democracia pasando a ser solo una caricatura de ella. Entonces no hay Libertad ni perspectiva de progreso social de la historia sin cuestionar materialista y dialécticamente los contenidos de la etapa que se vive. Por eso la lucha de clases, de acuerdo a los maestros del marxismo, se desenvuelve no linealmente sino dialécticamente y por tanto es desigual y combinado su desarrollo. No depende de un factor social, económico o político sino de la combinación de ellos y la posibilidad de intervenir de la principal fuerza en ello, que es la fuerza del trabajo y su eje principal en la economía productiva de la parte mayoritaria de la población.

LA LUCHA DE CLASES Y LA ESTRATEGIA POLÍTICA EN EL PAÍS:

La situación que se plantea al final del II mandato constitucional de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, muestra elementos muy concretos de esa contradicción entre los 12 años primeros de cambios que permitieron a la clase trabajadora en general volver a empoderarse como un factor social de decisión política a través de la incidencia del papel productivo en el PBI, que es el progreso de su nivel de vida y las conquistas sociales, sindicales y políticas a futuro y en qué condiciones se desarrollará el curso a partir de las necesidades, nacionales y globales como de la crisis del sistema capitalista que éste le plantea al país. No es solo una suma de hechos sino el conjunto de ellas, en sus niveles de mayor o menor importancia inmediata o mediata las que hacen a lo que se denomina corrientemente como “el curso kirchnerista” nacido a partir del 25 de mayo del 2003 con que se encontró una forma de superar, dentro del sistema, el proceso de desorganización y peligro de desintegración del país por esos años. Un curso en el que existía la posibilidad real de involución de las conquistas democráticas logradas por el pueblo a partir de 1983; no era la revolución socialista sino que había que oponer a la salida fascista en preparación y en marcha por aquellos momentos y que ahora quieren repetir desde los poderes de las corporaciones y trasnacionales capitalista.

SCIOLI NO ES NÉSTOR NI CRISTINA, PERO LA BASE SOCIAL DEL CURSO ES LA MISMA

La derecha acaba de sufrir un golpe social y electoral muy importante en la CABA, con el susto de casi perder las elecciones en la capital supuestamente “más conservadora del país”. En este número de Voz Proletaria hay un balance electoral que nos exime de repetir el análisis, pero sobre el cual nos apoyamos para alguna reflexión editorial. Creemos necesario la necesidad de una balance crítico y autocrítico de la acción política en la elección del 5 de julio, donde la política del FpV ubicó a los dos candidatos del centro derecha y derecha, Lousteau y Larreta-Macri, como similares o “la misma cosa” cuando en realidad teniendo objetivos históricos comunes, que es la defensa de la propiedad privada de los medios de producción en las manos de la empresa capitalista, en el tiempo y espacio actual expresaban distintas formas de encarar esa política de fondo porque defendían diferentes intereses inmediatos y mediatos. Pero el genuino representante del sistema en su expresión concentrada era -y sigue siendo- Mauricio Macri, y en la II vuelta era allí donde había que golpear para, desde adentro, como caballo de Troya Griego, se desarticulase el principal proyecto del imperialismo para enfrentar al progreso de los 12 años por el que transitamos. El otro aspecto crítico y autocrítico, es cómo desenvolver la política nacional, popular y democráticamente revolucionaria para profundizar el curso de estos años cuando es que no surgió desde las masas trabajadoras una dirección que asegure la continuidad genuina en su forma más armónica.

He allí lo que creemos necesario analizar. El desarrollo desigual y combinado de “la lucha de clases” que niega una parte de las dirección del campo nacional y popular, en el que el curso no logró construir en pocos años una dirección segura y debe entonces madurarla en medio de serias contradicciones, y lograr que éstas no se transformen en antagonismos al curso iniciado el 25 de mayo del 2003.

Es, en esa fase del tiempo, en que es imprescindible abrir el espacio para poder afirmar y profundizar lo conquistado. Porque esta fase socio-política no se llena con “buenas intenciones en el camino del progreso”, sino de los instrumentos del pueblo en forma independiente, que no necesariamente quiere decir “en contra” los que sumen el gobierno o la dirección, para que éste en forma orgánica poder ser parte ejecutiva y políticamente central del desarrollo del camino. Y he allí donde la lucha de clases ejerce un papel fundamental, y las diferencias, como las distancias entre los espacios sociales, políticos y económicos de los intereses en pugna, se hacen transcendentes. No hay forma de conciliar un programa utópico de desarrollo capitalista burgués independiente del curso mundial en medio de la crisis global del sistema capitalista .Pero sí hay una fase dentro de una misma etapa en el papel del Estado Nacional en que la transitoriedad hace un espacio para, reacomodando fuerzas, esclarecer el objetivo a alcanzar.

Por ello pueden los candidatos no ser representantes genuinos del curso abierto el 25 de mayo del 2003, pero a su vez ellos están sujetos a éste. Por las condiciones de realidad nacional, regional y mundial. Quien quiera desarrollar el país al progreso apoyado en la presencia contundente del Estado, como que consecuencia de ello, este Estado avance a un Estado Revolucionario que profundizando la Democracia logre imponer cambios reales irreversibles en el progreso alcanzado, tiene que apoyarse en una política revolucionaria como no puede tener una política de conciliación nacional, acuerdo nacional que es una manera y forma de intentar impedir el progreso social por las fuerzas minoritarias de la sociedad que en ese camino pueden decidir. Por ello existe la urgente necesidad de plantearse en la nueva legislatura nacional discutir una Constituyente Nacional que refunde el país. Que es la manera de adecuar el curso afirmando todos los progresos alcanzados.

VOTAR SCIOLI-ZANINI EN LAS PASO ES ABRIR UNA BRECHA A CONSOLIDAR

La política de la burguesía tiene un común denominador: el Interés de su Clase de cara a los trabajadores, y sobre ella los políticos, economistas, profesionales de la usura y la explotación pueden pelearse o ponerse de acuerdo, pero nunca se bajan de la alianza estratégica. La clase trabajadora, esa que el peronismo proletario del que escribió J.Posadas en el primer número de nuestro periódico en junio de1947 en su histórico texto “PLAN QUINQUENAL O REVOLUCIÓN PERMANENTE”, tiene en la otra punta del proceso social, “la lucha de clases” política, sindical, social, cultural, otra visión y objetivos diferentes a lo que hace a la política burguesa y oligarquía corporativa para el desarrollo del país para todos. Y por ello es que a pesar de estos 68 años de aquel análisis y texto, el problema vuelve a plantearse en esos términos. No hay posibilidad duradera de una política basada en conciliación de clases para una perspectiva del real progreso social. No se trata de “izquierda o derecha”, sino del crecimiento del país para todos, que debe encararse tan igualitario como las positivas leyes de género, las que defienden al niño como al joven, las que crean universidades como fuente de progreso de la inteligencia, de los Derechos Humanos, una política exterior que sea reflejo directo de lo que se desarrolla en el país, en la región integrada que se apoya en la UNASUR, el ALBA, BANCO DEL SUR, como en EL BRICS y la alianza con Rusia de base soviética y China, etcétera.

Todo lo demás que se quiera presentar como transitorio esconde una visión de clase propietaria y es fabular sobre una posibilidad que la historia de la lucha de clases la niega. Basta mirar la lucha del pueblo Griego, su gobierno del Siryza con Tsipras en la cabeza, que logra concentrarse en el 75% por el NO a la enajenación del país al imperialismo europeo, pero al mismo tiempo genera herramientas sociales y sabe cómo utilizar esa fortaleza política para, aun teniendo que aceptar parte de las medidas de la troika contrarevolucionaria con Alemania en la dirección, ir construyendo las bases INDEPENDIENTES DE TODA SUJECIÓN IMPERIALISTA PARA EL DESARROLLO DEL PAÍS.

Votar en las PASO al FpV, aun con candidatos no genuinos del curso proletario del peronismo y el kirchnerismo, no significa retroceso ni conciliación de clases, como no justifica de ninguna manera generar el preámbulo a entrar en etapas de “resistencia” porque eso es volver hacia atrás. Los resultados electorales, que por otra parte no siempre expresan el verdadero estado de la realidad del país, muestran a la derecha y el centro desorientada, taciturna, exponiendo a sus candidatos a verdadera vergüenza política, como el PRO y Macri haciendo yoga descalzo en posición de reflexión (¿?), cambiando su discurso aunque sus empleados lo desmientan después y cuando ha recibido una paliza de la que no encuentra como levarse y por eso está descalzo y en el suelo. O el candidato de Frente Renovador, S. Massa, queriendo “a río revuelto ganancia de pescadores” renacer sobre sus cenizas cuando no tiene elementos que hayan cambiado su fracaso anterior inmediato. Al que plantea “política de resistencia” no se propone dar la lucha, esa que la historia del país y el mundo nos muestran y enseñan. Para los tiempos que se vienen hay que OPONER UNA ESTRATEGIA SOCIAL LA POLÍTICA CON TÁCTICA DE APLICACIÓN NECESARIA EN LO INMEDIATO, pero sin renunciar ni un ápice a los progresos alcanzados y fundamentalmente en que HAY QUE PROFUNDIZARLOS para poder sostenerlos, empezando por tener un amplio y profundo sentido CRÍTICO Y AUTOCRÍTICO de la realidad como del papel de nuestras mismas direcciones. Y ello se estructura no en la “buena voluntad” sino en el programa que aglutine las fuerzas de una sociedad que está diciendo NI UN PASO ATRÁS!!

En ello está la estructura del GOBIERNO DE LAS BASES en que debemos apoyarnos para conquistar la continuidad del gobierno luego de las PASO ganando las elecciones generales de octubre. La garantía no son los candidatos, más allá de sus valores personales y políticos, SINO LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE BASE QUE SEA BARRERA PARA DETENER CUALQUIER INTENTO INVOLUTIVO COMO TAMBIÉN EL PUENTE PARA SEGUIR CONSTRUYENDO UNA NUEVA SOCIEDAD, que en nuestra opinión de acuerdo a la realidad del país, la región y el mundo hay que plantearse como socialista, como afirmó el mismo Gral. Juan Domingo Perón, cuando analizó que era la sociedad del futuro.

Llamamos a los movimientos sociales, a los sindicatos, a las centrales sindicales CGT-CTA, a La Cámpora, al Evita, Miles, PCA, al FpV, a discutir los programas de Huerta Grande y La Falda en cuyas propuestas, elaboradas entre 1957 y 1961 por los sindicatos de entonces en representación del movimiento obrero peronista, está la clave del progreso ya conquistado en estos 12 años, y las herramientas para hacerlo irreversible.

ER. 27 DE JULIO DE 2015

VOZ proletaria 1599
No al golpe blando contra Dilma en Brasil