LA NECESIDAD DE REFUNDAR EL PAIS EN LA NUEVA ETAPA A PARTIR DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE ORIGINARIA
Editorial de VOZ PROLETARIA Nº 1518 del 5 de junio de 2003. (Fragmentos)
La aplastante derrota social y política del neoliberalismo en su mayor exponente, el menemismo, necesita una afirmación clara y revolucionaria de acuerdo a los tiempos y espacios actuales de la historia.
En poco más de un año las masas trabajadoras, el conjunto del pueblo argentino, ha producido un cambio histórico en el proceso del país, pariendo una nueva etapa en el curso social y político. Sin cambiar el centro por el que se ha movido, en estos últimos años, la concentración del peronismo revolucionario, que J. Posadas calificara hace 50 años como el “peronismo-comunista” de las masas, el curso ha sido capaz de saltar la barrera de la falta de dirección genuina, propia, de clase, como así mismo las contradicciones del proceso mundial de la revolución.
No se ha paralizado ante la estructuración e instauración en el país del más aceitado y criminal modelo del neoliberalismo en toda América Latina, con el menemismo como concepción individualista, privatista, al mismo tiempo que el paternalismo populista de derecha y ha sido capaz el proceso social revolucionario de masas de dar esta respuesta como hace un año y 6 meses analizamos en estas mismas páginas de Voz Proletaria, los posadistas del POR. EL final del neoliberalismo había encontrado, a su vez, una barrera social y política que depasaba la lucha de los trabajadores, de las clases pobres y medias para incorporar a sectores de la misma destronada burguesía nacional, que para sobrevivir necesitaba, urgentemente, una alianza con la población, con la inmensa mayoría de ésta. Ese Frente Único Social Antiimperialista (el FUSA que venimos planteando de cara a la realidad desde hace 5 años) se organizaba y daba sus frutos objetivos con la huida del gobierno de F. de la Rúa, en las acciones del 19 y 20 de Diciembre pero en general en toda la resistencia social anterior y posterior, que dejó pasar al gobierno de A. Rodríguez Saá durante 7 días en los que parcialmente volvió una alegría que decía a las claras que ya estaban maduras las condiciones para el cambio en el sentido progresista y revolucionario en el país. El gobierno que lo continuó, con E. Duhalde, fue el freno a la debacle económica y política, ganó el tiempo para reconstituir una base política, dentro de su campo, para dar una salida, en la que ni el menemismo ni la derecha conservadora y neoliberal tuviese –ni tenía- posibilidad alguna de volver al poder que había perdido después de casi alternados 27 años.
Ese fue el salto dialéctico histórico más importante que dio el país en todos estos años. Y esa condición sociopolítica que tiene una correlación directa en lo económico, no va a dar marcha atrás. Hay un cambio en la sociedad que debe tener una expresión en la Constitución y la vida concreta del país. No se puede intentar gobernar continuando todo lo anterior o solo haciendo retoques o pequeños cambios cosméticos como base continuista y rémora de un país que murió con sus gobiernos y crímenes sociales, políticos y económicos cometidos contra el pueblo argentino que masivamente se unió por arriba de las direcciones políticas existentes para decir un NO! inmenso a toda la posibilidad de volver a lo anterior, enterrando así a la vieja República de conservadores y neoliberales, de seudo demócratas y su Democracia Representativa formal. ESE ES EL CAMBIO QUE SE HA PRODUCIDO EN LA CONCIENCIA SOCIAL DE LA INMENSA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN ARGENTINA.
Por esta razón nosotros proponemos, como venimos haciendo desde hace 5 años, la necesidad de RECONSTRUIR EL PAIS POR LA VIA DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE ORIGINARIA QUE REFUNDE NUEVAMENTE LA REPUBLICA ARGENTINA. Una nueva República Socialmente Justa, Solidaria, Comunitaria, Redistributiva de los bienes que produce, en la que el derecho a la propiedad sea patrimonio de todos, que el Estado-Nación tenga una función central para la Actualidad Revolucionaria en la aplicación de los principios básicos del nuevo país que estamos construyendo. Sin excluidos, ni exclusiones de ninguna especia, ideológicas, religiosas, étnicas. Una República que tenga como base la integración regional y zonal en Latinoamérica que sea totalmente independiente del imperio y sus trasnacionales.
Proponemos la realización de una ASAMBLEA CONSTITUYENTE FUNDACIONAL en la que la participación social sea sin exclusiones. Donde participen de acuerdo a su peso social los trabajadores, campesinos, indígenas, empresarios industriales y comerciantes, intelectuales, militares, profesionales, mujeres, ancianos, jóvenes, ocupados y desocupados. Es decir, no solo las clases políticas, que en su mayoría están siendo enterradas por el proceso social, sino que partiendo de los barrios, centros de trabajo, estudio, cuarteles, etc., se abra una amplia discusión de cómo implementar y dar forma y continuidad a esta nueva condición en la vida política y social en la que ha entrado el país.
Esa es una tarea que debe encabezar el actual gobierno de Néstor Kirchner porque es además y en forma concreta, dar centro y eje organizador a esa inmensa masa social del 85% de la población que no solo no votó al neoliberalismo, sino que estuvo dispuesta a salir a las calles, como en diciembre del 2001, a repudiarlo, y que formalmente no está representada en su gobierno…
LA CONSTITUYENTE ROMPE LAS CADENAS DEL VIEJO PAIS
En los 21 años desde la dictadura política con Videla, hasta la económica con Menem, en lo central se había mantenido una línea de concordancia política en los actores que dirigían el curso del país. Este ha sido radicalmente cambiado en lo central, que es el curso social, el que aun sin un instrumento concentrador político, es decir un partido u organización que lo represente legítimamente, ha sido capaz de derrotar a la alianza de todo lo retrógrado y continuista del neoliberalismo, bajo cualquiera de sus formas o ropajes.
A la derrota del neoliberalismo se suma como estructura del proceso, LA SEGURIDAD SOCIAL DE LO QUE NO QUIERE, COMO AL MISMO TIEMPO DE LO QUE ASPIRA: el cambio de una sociedad, un sistema que, podrido política y económicamente, se cae a pedazos. Hay que enterrar a todo lo que huela al viejo sistema que la gente repudió. Hay que desarrollar las fuerzas para imponer el nuevo país, ante el podrido y descompuesto que resistirá, seguramente, en los viejos “poderes constituidos” y apoyados en la corrupción. Ningún cambio político, económico y social serio podrá realizarse si nos se cambia las instituciones y su funcionamiento apoyados en una Constitución que, a más de no aplicarse, adolece de anquilosamiento articular y cadavérica imagen social. Por eso que hay que elegir una Asamblea Nacional Constituyente que abra las puertas a la participación social sin exclusiones. Que tome las experiencias de las anteriores asambleas constituyentes y las constituciones de 1853 y fundamentalmente de 1949, para racionalizarlas en las actuales de otros países hermanos que se van liberando de la opresión y el capitalismo salvaje neoliberal. Y ello cuestiona la existencia y el funcionamiento del actual Parlamento, Corte de Justicia, Gobernadores, etc.
Por eso, lo más importante de este curso, cerrado y abierto al mismo tiempo, no es la derrota de Menem, López Murphy y compañía. Ni tampoco el triunfo por aplastante mayoría social de Kirchner. Sino que hay un proceso que, uniendo ambos extremos, forma la amplia avenida llena de millones de actores sociales, productores de las riquezas del país, que han logrado expresar SU DECISION POLITICA DEL CAMBIO SOCIAL PARA RECONSTRUIR EL PAIS.
LA NECESIDAD DE CONSTITUIR COMITES DE APOYO A UNA CONSTITUYENTE ORIGINARIA
Comités que partiendo de una fórmula común a todos los sectores puedan engrosar una gran corriente de opinión y organización nacional. No podrá gobernar, éste ni ningún gobierno progresista que quiera realmente cambiar la realidad crítica y de sometimiento del país, sin reconstruir su tejido social, político y económico. Que vaya en la línea de no seguir cometido a la sangría de una Deuda Externa que crece en la misma medida que se la paga, de una dependencia de los servicios de necesidad pública en manos de las trasnacionales imperialistas, de una banca trasnacional dominante del crédito y las posibilidades reales de inversión, con un proceso industrial paralizado y relegado a ser solo armador o concesionario de las grandes trasnacionales, un campo que, agro industrializado, está sometido a un par de grandes trasnacionales de la industria agraria mundial, de un Estado nacional que renegó, hasta ahora, de su papel en la Salud y la Educación, en la Seguridad Social como parte de la anterior dirección política de la conducción del gobierno nacional.
CONSULTA POPULAR POR LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE ORIGINARIA
Hoy están todas las condiciones sociales y políticas para desenvolver una campaña nacional por la Asamblea Nacional Constituyente para refundar la Argentina. Es en este sentido que proponemos que el gobierno de N. Kirchner realice una CONSULTA NACIONAL para resolver la convocatoria a la realización de la Asamblea Nacional Constituyente.
Para todo lo anterior es evidente que no bastan las buenas intenciones, sino las acciones concretas en la dirección correcta. Y ello exigirá de los medios para hacerlo. El Parlamento, la Justicia, la economía, los bancos, la administración de un Estado sin poder y con una gran corrupción interna siguen de muchas maneras siendo parte del país viejo que recibió el certificado de defunción el 27 de abril último.
Hay que darle al pueblo, ese que SOCIALMENTE VOTO Y DERROTO EN UN 85% AL NEOLIBERALISMO Y EL CAPITALISMO SALVAJE, LOS INSTRUMENTOS NECESARIOS PARA CONCRETAR SUS ASPIRACIONES, NO SOLO LA POSIBILIDAD POLÍTICA EN GENERAL DE UNA DEMORACIA REPRESENTATIVA FORMAL, QUE TAMBIÉN FENECIÓ SOCIALMENTE, PARA QUE PUEDA SER partícipe del cambio QUE EN PARTE EL MISMO GOBIERNO DE Kirchner plantea como necesario y que otras voces políticas también apoyan.
Refundar el país es también un balance que debemos hacer partiendo de la gesta de los Libertadores de la corona de España de 1810 en adelante, como también de las oligarquías y gobiernos pro imperialistas que gobernaron este país durante más de 180 años. Hoy el pueblo argentino ha hablado con la voz del repudio a un sistema inhumano, pero necesita forjar el nuevo país solidario, comunitario, progresista y revolucionario que los tiempos, espacios y la historia muestran que se puede hacer.
Comisión Nacional Política del P.O.R. (posadista). Eliseo Ramírez. 29-5-2003