El pueblo unido contra el FMI.
A modo de prologo crítico:
El monumental, magnífico acto contra el F.M.I. del 25 de Mayo en el Obelisco, más allá de la presencia activa, vigorosa como revolucionaria en su esencia del millón y medio de manifestantes, también rompió una objetiva inercia social que no está en la inmensa mayoría de los trabajadores en todos sus niveles, y por eso su convocatoria “La Patria está en Peligro” fue encabezada por el sector cultural de la sociedad, los artistas que representan al pueblo, imponiéndose a la parálisis dubitativa y crisis de direcciones que van a desaparecer en su función estrictamente sindical y en la política asistencialista, conciliadora, entregante,
negociadora con el sistema neoliberal del macrismo y su combo. Cúpulas que actúan en nombre de sus intereses de casta y por tanto todas que no tienen confianza en el pueblo y por tanto son vergonzantes a éste y su lucha social y que en la vereda del frente y en plena construcción aún no atina a asumir la responsabilidad política y social que las condiciones exigen.
Pero estas son condiciones político-económico-sociales que no devienen estrictamente de la acción de un gobierno que combinadamente actúa entre el sistema capitalista clásico que necesitando reposicionarse en el país y la región ante su crisis mundial recurre a las mafias financieras como en Brasil, Honduras, etc., y aquí de un gobierno que mintió electoralmente y desde el 10 de diciembre de 2015,intenta sostenerse en el relato y la mentira flagrante durante 29 meses y esconder su fracaso en poder imponerse socialmente con su política dual de hacer “negocios particulares” como al mismo tiempo restaurar en el país un capitalismo vocero y trasnacional del imperialismo. De allí a su actual crisis que ha querido esconder para ganar tiempo social con una política “populista de derecha” contando con la colaboración de algunas direcciones que se reclamaban del campo popular y terminaron siendo la herramienta política necesaria para sostenerse el macrismo y lo que calificó como “gradualismo” de aplicación del “Plan Económico” que ahora está finalizado con el salvavidas de plomo del FMI que le impone la irracionalidad del sistema financiero internacional en la defensa de los intereses prestamistas trasnacionales, como en Grecia, España, Portugal, Irlanda, etcétera.
Hay una condición de fondo, estructural que corresponde a la sociedad y sistema capitalista que es el que dirige, controla, direcciona lo que hace al factor productivo y su distribución. Por ello no tiene posibilidad de progreso sostenido en el tiempo en todo aquello que, aun con la mejor “buena voluntad”, quiera encontrar una elevación del nivel de vida en armonía social en el sistema actual con una salida real y universal para toda la población. Y es allí donde se parcializa la discusión entre el valor e importancia que en la economía nacional tiene la deuda externa, la dependencia de la inversión trasnacional para “sostener” un crecimiento en la economía. Y toda esa supuesta discusión de programas económicos y políticas de aplicación elude el fondo de la cuestión que es el PAPEL DEL ESTADO EN LA RECONSTRUCCIÓN, o si se
quiere ver desde una forma histórica, que comenzó en 1810 con la Independencia política de la metrópoli española pero que por venir de la mano del liberalismo europeo, y la revolución burguesa en Francia a fines del siglo XVIIII, no tenía el condimento del problema social en el desarrollo de las colonias sino la independencia política pero aún sumidas al tejido del desarrollo de la revolución industrialista del capitalismo en pleno crecimiento triunfante.
Por eso en el país no se plantea, por ahora, una política de poder que significa no solo poder llegar a la Casa Rosada de gobierno, sino a los medios de producción y creación del PBI que hacen al verdadero país. En una Argentina que puede producir para más de 400 millones de habitantes, y tiene una población, que actualmente va en aumento cada día, con más del 25% por debajo del nivel de pobreza.
Todo esto está escondido por una parte de las direcciones políticas, sindicales, culturales y naturalmente por el poder de una República y sus tres poderes que no tienen interés en abrir los libros patronales, empresariales, de las empresas de servicio público privatizadas, como de la banca y financieras que amasan y exportan el capital generado por la fuerza del trabajo en el país a sus centros de acopio naturales en el Wall Street, y las mafias financieras a los llamados “paraísos fiscales” donde hay cerca de 500 mil millones de dólares depositados de procedencia argentina.
A todo ello ya han respondido los programas de los sindicatos y la misma CGT, de La Falda y Huerta Grande, y los 26 puntos de Saúl Ubaldini. Y en ello está inserta, por la naturalidad que exige su aplicación, la organización de un Partido Basado en los Sindicatos y su alianza programática y política de aplicación con lo más maduro del movimiento nacional, popular y revolucionariamente democrático. Donde desde el Kirchnerismo en adelante y lo mejor del curso histórico del peronismo del movimiento obrero tenga un papel central para la política necesaria de defender las libertades cívicas, la Democracia Social y un programa económico social nacional y regional de integración que continúe los 12 años y medio -del 25 de mayo del 2003 al 9 de diciembre de 2015- con el compromiso de profundizarlo en la economía como en el empoderamiento de la clase trabajadora del poder para aplicarlo.
El presente trabajo fue difusamente repartido en el acto del 25 de Mayo y más allá de su excelente recepción, intenta responder a la preocupación social y la búsqueda de acelerar los tiempos para poder responder a esta crisis que no tiene salida sino se cambia radicalmente el programa y la política del actual gobierno, que es lo mismo y corresponde a, aceptando su fracaso, ir a otra vereda a la que no están dispuestos a corregir, aceptar ni menos aplicar porque es el fin adelantado del fracaso que se ve en un horizonte cercano de solo 15 meses en las elecciones generales de octubre de 2019. Y por esa razón nuestros editoriales de Voz Proletaria desde el Nro. 1619 dice a todo título “HAY 2019“, que no significa que necesariamente el curso va a aguantar en la degradación social y la crisis de la economía del país hasta esa fecha.
Hay que tomar, en nuestra opinión, la esencia de todas las últimas movilizaciones sociales, sindicales, políticas para desde allí con esa fuerza que se expresó desde diciembre del 2017 en adelante e impactó recientemente en el 25 de Mayo de 2018, como una HERRAMIENTA DEL PROGRESO DEL PAÍS. No es solo la economía del sistema que puede decidir en el curso sino la DECISIÓN SOCIAL DE NO BAJAR LOS BRAZOS Y LUCHAR SOCIALMENTE POR UNA NUEVA SOCIEDAD.
Las nuevas direcciones que están surgiendo, que vienen del peronismo de clase, de la izquierda radical, como de los partidos de izquierda, de los sin partido que son mayoría deben asumir esta responsabilidad histórica. En solo dos años y medio el programa de la derecha, oligárquico financiero imperialista está haciendo agua en la Economía, la Política y lo que se afirmó el 25 de Mayo reciente, en la población trabajadora. No hay entonces justificación que permita a las nuevas dirección una política dubitativa. La conciliación de clases, como la que llevan los “asistencialistas paternalistas”, es políticamente dirigida por la reacción conservadora y solo conduce al adormecimiento social y la aceptación de las miserables condiciones de vida.
Sobre ello el documento que presentamos con absoluto sentido y convicción crítica, realizado antes del acto del 25 de Mayo de 2018, trata de plantearse estos problemas como de iniciativas y salidas en beneficio de los trabajadores que hacen a una necesaria reestructuración desde la CGT, la CTA, los Sindicatos y su papel político en esta etapa de la modernidad o postmodernidad si se quiere. Por eso venimos reivindicando siempre los históricos programas de La Falda (1957) y Huerta Grande (1962 como los 26 puntos de Saúl Ubaldini desde la CGT. Son programas de gobierno para salir del atraso y la exclusión social del sistema capitalista.
Que en síntesis son una POLÍTICA DE PODER. Ese poder que en este acto de masas del 25 de mayo de 2018 coronó con su fuerza social, su convicción política y la felicidad del reencuentro de millones de trabajadores, que SOMOS LA PATRIA QUE CONSTRUYE EL PAÍS TODOS LOS DÍAS.
LC. 26 de Mayo de 2018.