Intervención de análisis y conclusiones luego del discurso en Rosario de CFK el 27-2-2012
LC-Director de “Conclusiones”, revista internacional de Ciencia, Cultura y Política.
(Extraída de una conferencia ofrecida en Matheu 76, CABA, el día 28 de febrero de 2012. Posteriormente, la Presidente pronunció el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento Nacional, lo que no está analizado en este texto, (aunque sus fundamentaciones lo incluye). Esto será motivo de otro documento que podrá leerse en esta página. Comité de Redacción)
Estamos muy cerca, bajo la forma argentina de condiciones político-sociales, del 11 de abril de 2002 Venezolano, de que:“es más fácil construir el socialismo que encontrar el capitalismo bueno”.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso en La Plaza de la Bandera en la ciudad de Rosario al conmemorar el bicentenario de su creación por el libertador Manuel Belgrano, aún sin decirlo explícitamente expresó que: “es más fácil construir el socialismo que encontrar el capitalismo bueno”, un pensamiento político y económico que planteamos hace tiempo como el curso necesario para enfrenta la crisis nacional y mundial del sistema capitalista. Ya la presidenta, en las reuniones del G20 analizó la crisis del capitalismo salvaje al que calificó como la negación del verdadero espíritu original del capitalismo, ante la mirada atónita de los jerarcas del sistema mundial.
Esto se traslada como el eje de la crisis transicional que en distintos aspectos de la vida económica el país tiene, pero que parte de ello está en su raíz internacional, no solo nacional. Esto plantea y replantea la necesidad de construir una nueva estructura jurídica basada en una nueva Constitución, es decir refundar el país vía reforma constitucional con un llamado a una Asamblea Constituyente. Ese camino dejaría sin efecto la actual Constitución reformada bajo el manto del neoliberalismo y el “Pacto de Olivos” en 1994. Por ello, nuestro Partido plantea que hay que discutir la actualización de la Constitución de 1949, bajo el primer gobierno de J.D. Perón, tomando sus puntos más avanzados en la relación con el poder de la sociedad, la política y la economía, junto con fijar los tiempos y espacios actuales, donde la Justicia Social, la Soberanía Nacional se discute desde el campo de una nueva sociedad,, a la que nuestro partido plantea como la discusión del socialismo.
Ese es el eje del análisis que hemos venido haciendo en documentos públicos, del crimen ferroviario de la TBA en Once, la Carta a Lucas, el dirigido a analizar La Cámpora, etc., -pero ya antes y en vida de Néstor Kirchner-, como la necesidad de afirmar los progresos sociales y económicos alcanzados desde el 2003, que era avanzar en la construcción de un Estado Revolucionario en camino a la refundación, tomando como eje de ese llamado una Constituyente que, además de garantizar los progresos alcanzados, los profundice.
Una crisis en sí misma no es mala, ni debe aplastar.
En nuestra política lo importante es analizar por qué la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner reacciona así, en una combinación de emotividad con fino razonamiento de que se está jugando la perspectiva de su gobierno dentro de la continuidad del modelo.
El discurso en Rosario mostró que hay una crisis del modelo. Pero una crisis en sí misma no es mala, es un resultado de la aplicación de la política, ni debe aplastar porque es parte de la dialéctica de los procesos históricos del desarrollo del curso social, o en la naturaleza, en la materia.. El punto es en qué grado esta crisis significa el fin de una etapa y la necesidad del comienzo de otra. En que está en un término medio porque, como venimos analizando, es un proceso en que se sintetiza todo lo progresado en los primeros dos gobiernos de Néstor y Cristina, en un balance que arrastra en su más pesado sector, la clase trabajadora, la necesidad de profundizarlo. No es solamente avanzar sobre las conquistas o logros sociales alcanzados, sino en qué y cómo en primer término, estos se afirmen en el tiempo como parte de una nueva estructura del Estado y la Sociedad. En que la síntesis es dialéctica no mecánica, que transforma en base de una estructura que se está derrumbando con una nueva creación. Un Estado de transición que no siendo gradual, o gradualista políticamente visto, tiene tiempos desiguales y combinados que respetar para poder afirmarse.
Acuerdos y alianzas, ayer necesarios, hoy superados
Por lo anterior es que aparece como una negación a ver la realidad que en ninguna parte del discurso presidencial en el acto de La Bandera en Rosario, se mencionó a los concesionarios desde 1995 como representantes del neoliberalismo y los acuerdos de Washington, que es la TBA y sus dueños, la familia Cirigliano, lo que transformó el análisis crítico de la realidad del transporte y los ferrocarriles, que así resultó un planteo literario con una salida amorfa que deja en manos del Poder Judicial un problema político. Y no porque sea ignorante de esa realidad, porque Cristina es una presidenta muy inteligente. Es que no podía ir a fondo sin que surgiese como natural la crisis de la estructura del Estado, que no cambió, en su administración política, en su función en estos 9 años de gobiernos Kirchneristas. Porque si se toca esas relaciones, se descalabra toda la alianza que han hecho con una capa de la burguesía, nacional y trasnacional que garantiza “inversiones” para la re-industrialización del país. Sea en ferrocarriles, como en minería, petróleo, etc. Acuerdos necesario en tiempos y espacios anteriores pero que hoy, en la realidad del país, el entorno regional y el mundo han sido superados por la crisis no sistémica, sino sísmica, del capitalismo con la “rebelión de las fuerzas productivas” unida a la lucha de clases, que en el país son los planteos de la CGT, Sindicatos, Movimientos Sociales, etc., que no puede controlar sino superando los vacíos programáticos del modelo.
Por eso en su discurso llegó a plantear críticamente la función depredadora de las trasnacionales afirmando, “cuántas obras se habrían hecho con los diez mil millones de dólares que gastamos en importar combustibles…”, como en otros rubros de la economía que aún sostiene este Estado. Pero esto debe tener conclusión práctica, de lo contrario queda en una denuncia.
“El 24 de octubre comienza otro país”, planteamos
Mientras tanto, Luís A. D´Elía, presidente de la Federación Tierra y Vivienda (FTV) y de la Central de Movimientos Populares (CMP), y el partido MILES, plantea que “hay que demoler el Estado neoliberal; que hay que reformar la Constitución para eso; que hay que disponer de las herramientas políticas …”. Lo que corresponde es construir lo nuevo. Lo otro es apenas denunciar, que aun en la mejor condición humana se limita.
Nosotros planteamos antes de las elecciones, que el 24 de octubre de 2011 comenzaba otro país. Esto se verifica día a día. No porque se cambian relaciones, sino porque se agotaron las anteriores. Entonces hay que definir un proyecto a 4 años, –pero que debe ser a 8, 15, 20 años- y que así con limites como están planteadas hoy, hasta ahí llegó; que no da para más si no se profundiza y ello se hace en una Alianza Social-Política-Sindical estratégica para continuar sacando al país del atraso en que lo sumió el neoliberalismo y avanzando en la reconstrucción de la estructura jurídica del país. El objetivo de los Kirchner con la política transversal de su origen, también es la transversalidad en la economía, y por ello tiene los mismo límites, no inamovibles sin duda, pero que existen en la búsqueda del “capitalismo bueno, distributivo inclusive”, y que no plantea la Justicia Social como base Político, Programática y no la “inclusión social” que deja en manos del sistema esta acción política.
Se esquiva el fondo de la realidad que es la Justicia Social que J.D. Perón reivindicaba como eje de su política de gobierno, más allá de que la aplicara en toda su integridad y posibilidades. Reformar la institucionalidad del Banco Central rompiendo con el corsé que le impuso el “Consenso de Washington” es un gran progreso con la liberalización del ahorro público; la reforma de la Ley de Entidades Financieras y Bancarias es otro elemento que deberá romper el espinazo de la dictadura de la corporación empresarial nacional y trasnacional, que no solo controla el desarrollo de la economía sino sujeta al propio capital nacional a ser solo un subsidiario de ella.
Ahora es con el crimen de empresas privatizadas, como en TBA, cuando la realidad da una cachetada y se impone discutir si aceptamos someternos a su propia agenda o transformamos el Estado Nacional, Popular y Democráticamente Revolucionario en un paradigma de la realidad objetiva. Si rompemos la hegemonía del sistema capitalista con sus patrones de conducta y cultura social que llevan a estas permanentes crisis.
Los acuerdos de “gobernabilidad” no pueden pasar por actos como la compañera presidenta, hace pocos meses, saludando a Cirigliano en ocasión del tren a Uruguay. Por eso que hay pactos, alianzas, acuerdos, que se expresan en actitudes como la del Ministro de Planificación, Julio De Vido, perdiendo la alegría del progreso que él, en su conjunto el gobierno, han alcanzado; aparece como aplastado porque en el fondo siente que lo que hacen son retoques. Retoques minúsculos y de maquillaje de la realidad, pero que en su gravedad es esconder, o no tocar, el papel del Estado en las empresas de necesidad pública. Una condición que la tiene como norma, incluso el capitalismo desarrollado, como un reaseguro contra sí mismo, al sostener esas empresas en el área estatal.
El “capitalismo bueno” y su límite
Tenemos que mostrar no solo lo que dijo CFK en su discurso sino el proceso que está desenvolviéndose. Ese es el valor de nuestros análisis. El “capitalismo bueno” muestra que socialmente llega hasta un punto en su desenvolvimiento. Y ese punto se terminó el 23 de octubre del año pasado. Tiene que profundizarse el modelo. Y “profundizarse” ya no es la declaración, o dar $200 más por hijo; eso ya está. AHORA ES EL SISTEMA PRODUCTIVO, SOBRE EL QUE HAY QUE OPERAR Y MODIFICAR Y EL TRANSPORTE ES PARTE DEL SISTEMA PRODUCTIVO. Por ejemplo, nadie analiza por qué se deben movilizar cientos de miles de personas diariamente desde el conurbano a la Capital Federal y viceversa. Porque vivimos una sociedad desarmónica que no organiza la vida de la gente, entre ellos el trabajo, estudio, atención de la salud, etc., y en cómo tiene que viajar. El capitalismo “desarrollado” europeo, trató de resolver parcialmente estos problemas. Por eso que tienen menos accidentes, aunque también los tienen. Un progreso que lo permitió un desarrollo económico en base a la explotación de las colonias y semicolonias. El progreso de Europa no lo pagó e hizo el capitalismo, lo pagaron las masas del resto del mundo. El. Al revés de lo que pasó en la URSS, donde –como analiza el maestro J. Posadas- las masas soviéticas producían sacrificando una parte importante de lo que se hubiera destinado para su progreso para ayudar al progreso de la revolución en el mundo. Y es una canallada que los PPCC del mundo, o los llamados comunistas, no recuerden eso. Eso siempre fue así! Más allá de la burocracia, de Breshnev, de Kruschev, hoy de Putin o de quien sea.
El Frente Social para profundizar el curso
Hacemos un llamado a la discusión desde la CGT, CTA, Movimientos Sociales, partidos revolucionarios, movimientos culturales, etcétera, a la construcción de un Frente Único Nacional y Regional para defender el proceso alcanzado, como que éste está llegando al límite en su aplicación. Una expresión es cuando empiezan a aparecer anteriores contradicciones como antagonismos de clase, y desde allí a la represión social ni siquiera hay un paso, porque en algún sentido ésta ya comenzó, aun cuando la política de Derechos Humanos del gobierno kirchnerista desde hace 9 años ha sido “ninguna represión social”, y se advierte en los cortes de rutas, calles, piquetes etc., que hacen algunas organizaciones en particular “clientelares” para sostener su asistencialismo ahora cuestionado desde el gobierno.
Algunos dirigentes de la llamada izquierda se suben a los medios del sistema, atrapados por las corporaciones trasnacionales mediáticas, hacen denuncias, pero no análisis políticos de cómo resolver lo que ellos mismos denuncian, y que probablemente sea así. Porque junto con esas corrupciones que denuncian, se desarrollaron millones de otras cosas. Que a veces son más importantes que eso que se denuncia. Chávez en Venezuela tiene el mismo problema. Los cubanos tienen ese mismo problema. Trotsky analizó el origen y desenvolvimiento de la burocracia en el naciente Estado Obrero Soviético hace 70 años. Y algunos de estos dirigentes de la llamada izquierda que se dicen “trotskistas(!)” parecen no haberlo leído. La burguesía les da prensa, los usa y después los descarta. Lo que plantean no es constructivo sino una disputa de poder. Constructivo es, en este proceso, cómo ayudar a la Presidenta, que ha llegado a este nivel que reactivó el papel del movimiento obrero, de los trabajadores en general, que permitió recuperar la autoestima de millones de trabajadores que volvieron a sentir y vivir dignamente, más allá de que subsistan problemas o bolsones de pobreza o desocupación (6.7%) o trabajo en negro (34%) sin beneficios sociales, etc., y no encuentra la forma de dar un salto porque es por la base social donde debe armarse de las herramientas para enfrentar a los monopolios corporativos, nacionales y trasnacionales. Un proceso político, económico, social que siendo de transición no puede ser gradualista, como lo muestra objetivamente la historia. En la gradualidad, lo que termina imponiéndose es la fuerza del poder económico que arma la política y destruye a los seres humanos, hombres o mujeres encargados de aplicarlo.
Las cooperativas y una función productiva real
Nosotros creemos correcto lo que ha planteado la Presidenta que el cooperativista ayudado por el Estado, debe ganarse con su trabajo su remuneración. Aunque en realidad, lo que le pagan por ese trabajo –al que hay que agregar gastos de viáticos, en tiempo y dinero, que aumenta la cantidad real de horas dedicadas a trabajar-, aparece como una estafa, porque ni siquiera es el salario mínimo, y sin obra social, ni jubilaciones. Pero el fondo de la cuestión, en nuestra política, no pasa por allí sino A QUE LAS COOPERATIVAS TENGAN UNA FUNCIÓN PRODUCTIVA REAL EN LA SOCIEDAD. Que las Cooperativas empoderen ser parte del PBI, de la “escala móvil de horas de trabajo”, “Salario Mínimo Vital y Móvil” “igual trabajo igual salario etcétera” todos puntos del Programa de Transición de León Trotski en1938.Todo lo otro es que para salvar al capitalismo explotando a la gente y en peores condiciones. Una cosa eran las cooperativas y los planes trabajar, o PEC, cuando no había exigencias. Ahora, si se las pone en práctica, es una medida política y social correcta que apoyamos integradas al proyecto productivo nacional y regional. Pero al mismo tiempo planteamos como necesidad impostergable del modelo estatizar los FFCC, el transporte, YPF, todas las empresas de necesidad pública, una nueva Ley de Entidades Financieras, que se aplique el crédito barato para la vivienda, a las pymes y pequeñas y medianas empresas que generan trabajo, etc., y todo ese sector de las Cooperativas del Plan Argentina Trabaja de Desarrollo Social y Ministerio de Trabajo, sean incorporadas productivamente. ¿Por qué no? ¿Por qué hay que financiar a la empresa privada y no a la población? A la empresa privada se le prestó 500 millones de dólares. Así multinacionales como la GM pudo mantener su plantel de trabajadores. Pero si eso mismo se hubiera hecho en función de la sociedad y su desarrollo, otro habría sido el resultado. Porque en aquél caso y con esa política, cuál fue el resultado global: 20 mil millones de dólares fugados en un año y medio. O ¿quiénes fugaron las divisas?: ¿el verdulero de la esquina?, ¿el artesano o el trabajador?
Un nivel que requiere una definición
Estas cosas no deben asustarnos ni nublarnos la cabeza, el razonamiento, sino ver por qué se produce esto que es un nivel de crisis de crecimiento que requiere tener una definición. Los tiempos de medidas que expresan contradicciones en el objetivo son parte del pasado y su necesidad apoyada en el tiempo para estabilizar la economía, la sociedad. Y se partía de un 22% electoral, pero con 9 años de gobierno y el 54.4% debemos ir mucho más a fondo, especialmente en lo que hace a los ejes del curso.
Por eso nosotros venimos planteando la necesidad de discutir el socialismo. Así como va, estamos muy cerca, bajo la forma argentina, de un nuevo 11 de abril del 2002 en Venezuela contra el gobierno de Hugo Chávez, en que la derecha utilizó incluso las contradicciones de la Constitución Bolivariana -que luego el camarada Hugo Chávez planteó reformar profundizándola-, para lanzarse al vacío de una aventura golpista. En Argentina ahora es un curso que no significa intento de golpe militar, pero sí utilizar política y económicamente una posición que no defina con claridad el objetivo social del curso de gobierno. Política que si no se profundiza entra en un retroceso de apoyo social, porque la gente está viendo que cuando llega la hora de fijar las cosas concretas, el gobierno se queda en un limbo, en el purgatorio dirían los creyentes. No es ni una cosa ni la otra, diluyendo peligrosamente su capital social de apoyo. Y es allí donde después de semejante crimen ferroviario en Once, la compañera presidenta denuncia el hecho como un tema judicial del que depende todo, cuando ese poder no gobierna, ni legisla, y no plantee “vamos a liquidar la concesión y re estatizar”. Constatar y denunciar es correcto pero también necesario es que fije un plan ante la fuga de miles de millones de pesos dados en subsidios, que no han tenido repercusión en el uso social de los trabajadores. La intervención de la empresa TBA no resuelve los problemas. Por eso hay una conciencia de sectores muy amplios de la población en que el nivel del “capitalismo bueno” del reparto en 50% y 50% entre “capital y trabajo” no funciona.
Aparece así cada vez más gigante el papel del Estado Revolucionario que no tiene como “fin objetivo concreto el lucro” sino el cubrir las necesidades de la sociedad que representa administrativamente. Por eso se equivoca el compañero Jefe de Gabinete Abal Medina cuando dice “no estamos en la época del 40, del estatismo leninista”. ¿Es que el capitalismo mostró que es superior? Con todo respeto, lo consideramos a usted un revolucionario, pero ¿qué mostró el capitalismo superior a la mejor época de Perón, cuando el Estado, vía el “Plan Quinquenal” tenía una capacidad de decisión inmensa en la economía, producción y el PBI del país?
Recordamos los análisis de J. Posadas, cuando enfrentaba a la llamada “izquierda” de entonces, cuando ésta reclamaba que “Perón estatizó los FFCC pero los pagó a precio de oro…”. Y J. Posadas decía, argumentando política y socialmente, que la gente no se fijaba en lo que pagó Perón, sino en que desde ese momento eran argentinos y que la gente podía viajar porque tenía trabajo, podía cambiar zapatos por las alpargatas, signo y distintivo peyorativo de la oligarquía. Entonces podía cambiar su papel en la vida, no solo ser productor de “plus valía”, y no tener que preguntar la hora porque ya tenían reloj, poder cambiar de vestimenta, estudiar hasta las universidades estatales, ir al cine y comer mejor. Hoy está más que maduro el proceso para poder hacer medidas equivalentes. Están las condiciones para poder hacerlo. ¿Qué impide que eso sea así? Los acuerdos con el sistema capitalista. Porque tocar eso significa –como plantea correctamente Luis D´Elía- un proceso de cambiar la actual relación del Estado que sigue siendo constitucionalmente neoliberal con la reforma del 94. Todo esto se expresó en el discurso presidencial en Rosario. Incluso se visualizaba en la actitud de la presidenta en Rosario, donde cantaba desde el palco una canción “montonera” de la década de 1970: “…no nos han vencido…”. Pero si influido y mimetizado con una parte débil del proceso nacional y popular, porque justamente no asumió aún, (“por ahora” diría Chávez), lo de Democráticamente revolucionario que tiene que ser. Es una presión política, y económicamente haciendo que los planes del gobierno estén condicionados.
No planteamos estatización y socialismo en 24 horas
No planteamos ni creemos en el socialismo real para mañana, ni todo re-estatizado en 24 horas. Pero comencemos por los ejes centrales que son los que dan los servicios esenciales y públicos. Que son los que están condicionados para la gente, que necesita todos los días la luz, el agua, el transporte, el teléfono, el gas, el crédito para la construcción de viviendas dignas. Si la gente no tiene eso, porque está privatizado, ¿a dónde recurre? Por eso que el plan neoliberal con la aplicación del “Consenso de Washington” era la Federalización con autonomía provincial completa, que significa fragmentar provincialmente el país para poder dominar desde adentro pasando por arriba del Estado Nacional. Parte de ello fue el privatizar los servicios, la educación y la salud, fragmentando el Estado y el país. Eso era parte del planteo que hizo nuestro Partido hace varios años denunciando que el proyecto final del sistema imperialista era “africanizar Argentina y América latina”. Eso ya hicieron en África. Acá es más difícil porque la gente está organizada, tiene sindicatos, hay otro desarrollo de la cultura, del poder social y una clase media que eso no lo aguanta, como lo mostró con la dictadura militar, y no quiere volver para atrás.
Saludamos la posición de D´Elía
En nuestra opinión el discurso en Rosario de la Presidenta es muy preocupante, indica un estado de conmoción interna donde se expresa que no hay unidad de criterios en amplias capas del kirchnerismo. No se trata sólo de D´Elía u otros compañer@s. Nosotros saludamos la posición de Luis Angel D´Elía porque asume y vuelve a sus orígenes de representante de la clase trabajadora -dejando la forma mediática-, en forma concentrada políticamente, con una política de aplicación que no significa estar contra el gobierno sino siendo parte de él; hacerlo desde la autocrítica y en forma crítica permanente, que no quiere decir en contra, sino por el contrario dialécticamente como factor de apoyo y sostén en el avance y maduración de un curso nacional y popular que debe avanzar a revolucionario imprescindiblemente para sostenerse y progresar en el tiempo.
Nosotros no estamos contra el gobierno. Estamos advirtiendo, como lo analizamos antes de las elecciones. Es nuestro valor, como posadistas. Lo otro es escribir analizando sobre lo obvio, que es muy sencillo. Pero prever y analizar el curso futuro, o el presente hacia adelante, ahí está lo complicado. Nosotros así lo hacemos basados en la capacidad, y lo decimos sin soberbia, del análisis desde el método marxista como lo venimos haciendo.
Hoy tener un programa de desarrollo capitalista, en un mundo que demuestra que no va al capitalismo, es una contradicción. Y eso le planteamos a nuestros camaradas de Uruguay, el gobierno formalmente del Frente Amplio. Allí está el referéndum en Siria que da estructura a la defensa antiimperialista y de la intervención externa. El imperialismo y sus agentes, no conseguirán hacer lo de Libia ¿Dónde están las masas opositoras? Siempre muestran pequeños grupos, armados, disparando, o movilizaciones que ni siquiera se pueden identificar si son a favor o en contra. También lo hicieron en Venezuela el 11 de abril de 2002.
Nuestro apoyo al gobierno argentino por Malvinas
Apoyamos la posición del gobierno argentino sobre la defensa de la soberanía en las Islas Malvinas. Apoyamos la crítica al despilfarro de los bienes públicos que se hace por las vías burocráticas que planteó Cristina, y su decisión de apoyarse en la gente pero al mismo tiempo eso tiene que ir coordinado con los movimientos sociales, con los sindicatos y la CGT, con partidos como el nuestro. Si no va así, va a seguir bailando en un solo pie, porque el otro, que le va a dar la fuerza para acelerar el proceso, al no utilizarlo recorta su propio poder político en la sociedad.
Armonizar una política de crecimiento con una firme alianza con los trabajadores
Nosotros planteamos en el texto sobre “La Cámpora” (ver Voz Proletaria nº 1576), que es reaccionario, contrarrevolucionario, tanto debilitar a la CGT como a Cristina y al gobierno. Pero eso no impide la defensa legítima de los derechos del trabajador, pesar con su fuerza social numérica y productivamente inmensamente mayoritaria. No se debe poner en la misma balanza, aún en una etapa de transición de la economía y la sociedad, al mismo nivel lo que significa la concentración del capital con la elevación del nivel de vida de las masas trabajadoras. Ello solo es posible armonizando una política de crecimiento en una firme alianza con los trabajadores, como incorporando a los sectores que necesitan en el país el crecimiento del mercado con poder adquisitivo. La industrialización del país es parte de un curso que no depende solo de la iniciativa, trabajo y esfuerzo nacional, sino del curso regional y mundial de la economía y la producción.
La Unidad Regional, con los países afines a esta Integración no solo económica sino transformándola en revolucionaria democráticamente. Están todas las condiciones para ello. La aparición y concreción del CELAC -que entierra a la OEA de formación y dependencia imperialista-, como el Mercosur, el ALBA que incorpora a América central y el Caribe, son puntos de una nueva etapa de América latina y el mundo. La construcción de Estados revolucionario, de transición en distintos niveles pero en una misma dirección, con diferentes espacios pero en un mismo tiempo. Las condiciones del mundo, están aptas para ello. Como dejó para la historia el camarada J. Posadas “El social ismo es una necesidad de la historia”
Eliseo Ramírez 28 de febrero, 2012