La masacre campesina en Perú, las elecciones europeas y la crisis de la socialdemocracia
El enfrentamiento policial-civil, que termino en masacre, del 5 de junio en Bagua, Perú, realizado por el gobierno de Alán García, fue contra campesinos y pueblos indígenas en la Amazonia peruana que exigen la derogación de los decretos Ley 1064 y 1090 de reciente aprobación por el poder legislativo, que derogan toda protección ambiental, forestal y los derechos sobre la tierra de la población autóctona en zonas específicas de la Amazonia, ya negociadas en el TLC con los EEUU, para usufructo de sus trasnacionales petroleras, mineras y madereras. Un territorio potencialmente inmensamente rico que ha sido subastado en el70% de sus mejores tierras.
Lo que a partir de ahora se conocerá como la masacre de Bagua, al centro norte del país, dejó un número hasta ahora no establecido de muertos en la parte civil pero sí de más de un centenar de heridos y un incalculable número de “desaparecidos”. En la parte policial son 25 policías los muertos. Una realidad que gráfica claramente el papel que en esta etapa juega la política socialdemócrata de partidos como el APRA, que acceden electoralmente al gobierno con programas con promesas de corte progresista, y terminan políticamente haciendo el papel de sepultureros de las reivindicaciones populares de los pueblos. En ello hay grueso cordón umbilical que los une, en el análisis, con los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo donde la gran derrotada es la política de los Felipe Gonzáles, Zapatero, los socialdemócratas alemanes, el PS Francés, la tibia izquierda italiana y los laboristas en Gran Bretaña como en el resto de Europa, que no es lo mismo como afirma la prensa mediática, que “triunfó la derecha”.
En ambos casos, ni social ni políticamente gana la derecha oligárquica testaferro de las trasnacionales imperialistas en América latina, ni en Europa que con la abstención electoral de más del 50%, se expresa el repudio de trabajadores y sectores de la clase media hacia las políticas que sólo ganan tiempo mientras se disuelve la sociedad y la organización de la vida de la mano de la crisis final del sistema capitalista. El NO VOTO europeo tiene una base social REVOLUCIONARIA en su esencia, pero sin poder de concentración y dirección política. Es el fracaso de los PPSS y PPCC, que giraron de la deserción, cuestionamiento y hasta abandono del marxismo perdiendo su función de clase, hasta defectos congénitos de construcción de los movimientos y partidos pequeños de la izquierda. Los que crecen, con esta crisis, son los movimientos y partidos ecologistas como previera J.Posadas hace 45 años. La crisis de la socialdemocracia está clara en Italia, Francia, Inglaterra, España.
PERU, LA REVOLUCION INTERRUMPIDA:
El curso en el Perú es una crisis social, política y económica, en ese orden, no resuelta en los últimos 40 años después de su nivel más alto de participación social revolucionaria. El fondo de este contexto es que quedó trunco el curso de la estatización del Petróleo, la Minería, la Pesca, en que se realizara la reforma agraria, la revolución industrial con la Comunidades Industriales, la diversificación de la prensa escrita con el pase a las organizaciones sociales, sindicales de los medios de comunicación y muchas medidas más que hiciera desde el 3 de octubre de 1968 el gobierno de Velasco Alvarado. La crisis actual arranca de este curso interrumpido por la aplicación del “Consenso de Washington” y la liquidación de los gobiernos como JJ Torres(Bolivia), S. Allende (Chile), Gral Juan Velasco Alvarado (Perú), Rodríguez Lara (Ecuador), H Campora (Argentina) y la etapa cívico-militar impuesta. Pero las fuerzas que desató la revolución nacionalista antiimperialista de la década de los 60 del siglo XX están vigentes y actuantes en la realidad diaria del país. Hay una larvada revolución interrumpida, como para México analizó J.Posadas en su análisis “La revolución Interrumpida Mexicana”. Este curso y proceso lo planteamos y se está dando en el Perú, y es retomar la lucha por reconstruir el poder social contenido, fijando a donde va el país. Se plantea nuevamente, como desde los albores del siglo XX, con Mariategui y sus “Siete Ensayos”, el PC, la central sindical, y en la vereda de la humedad-es decir el centro-, a Víctor Raúl Haya de la Torre y la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA, originariamente “Indoamericana”) y las necesidades urgentes que siguen vigentes de cómo SACAR AL PERU DEL ATRASO DEL SISTEMA CAPITALISTA, pero en tiempo de crisis mundial del sistema.
Creer que el problema es indígena o étnico, sería lamentablemente un error que minimiza el fondo de la cuestión. Lo que los campesinos e indígenas de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela reclaman es su LIBERACION SOCIAL Y ECONÓMICA DEL SISTEMA CAPITALISTA Y LA OLIGARQUIA QUE LOS REPRESENTA, bajo forma empresarial industrial trasnacional, que son los acuerdos políticos entre gobiernos con los EEUU con los TLC o TIFA. De este conjunto, Venezuela, Ecuador y Bolivia han conquistado gobiernos que representen las necesidades del progreso social y están en curso de cambios revolucionarios. Reformas agrarias que eliminan la concentración privada de la tierra y desarrollan las formas comunitarias y socialistas. Un recurso de volver al futuro apoyándose en la historia de los pueblos de estas naciones. La lucha contra la oligarquía y el imperialismo es la misma que llevaron durante todo el siglo XX las Comunidades Campesinas originarias de los Andes peruanos para no ser destruidas y sus pobladores, despojados de medios de vida, pasar a ser parte de los cinturones de miseria urbanos en las ciudades del interior y la capital. Comunidades que fueron destruidas y absorbidas por el imperialismo y sus empresas: Cerro de Pasco Corporation, Marcona Mining, Petroleum Company, etc., y que la revolución nacionalista antiimperialista (1968/75) les devolvió sus derechos y luego los gobiernos “democráticos e institucionales” derogaron con leyes que estimulaban la propiedad individual y división social.
La masacre que en estos días se ha producido en el Perú no es un hecho casual sino una continuidad de la política de enajenar los bienes patrimoniales del país, sus riquezas naturales y su potencial energético, que solo beneficia al inversor imperialista y “derrama” una pequeñísima parte de las riquezas extraídas en una parte minoritaria de la sociedad, en especial en las grandes ciudades que pasan a convivir entre la opulencia y la miseria con su secuela de conflictos sociales. Pero es también, y fundamentalmente en lo político-social, la respuesta permanente y continuidad de las luchas campesinas, mineras y obreras en el Perú. En ellos están vivas las masacres en las acciones que se hicieron en el siglo XX, con los campesinos, trabajadores e indígenas, por ejemplo en Calipuy, Chanchan, Cayalti, Yanahuanca, Casa Grande, Chepen, etc. Y paradoja de la historia, algunas en las que el APRA perdió nobles dirigentes y luchadores sociales.
El miedo, pánico y terror que la oligarquía en el Perú tiene hacia los movimientos sociales se puede medir en su reacción terrorista con la población. La masacre del 5 de junio en Baguas es una epidérmica reacción y criminalmente represiva acción apoyada en la policía con poder militar. El gobierno de A. García que una vez protagonizó enfrentamientos con la oligarquía y el imperialismo en su primer gobierno (1985/90) planteando la Estatización de la Banca y el Monopolio del Comercio Exterior, Control de los Precios de la “canasta Básica” y seguros de trabajo, ahora como fracaso de la política socialdemócrata reacciona ya sin política de contención ante el legítimo derecho social y la defensa de la tierra y el habitat en la Amazonia que ejercitan los pueblos originarios, que hoy son campesinos, trabajadores jornaleros, ex combatientes reservistas del Cénepa, y pueblo en general. La Ley 1064 y 1090, ahora suspendida 90 días por el Poder Legislativo del Perú, es un caro como relativo triunfo de las masas, pero también desnuda el miedo del gobierno a la población como a la reacción de la opinión pública, nacional y mundial, ante la masacre.
Estos acontecimientos trágicos por las muertes, son parte de un curso objetivo de toda América latina, es la manera que él legitimita en el Perú lo que es formar parte del UNASUR como experiencia y trabajo por la Integración Regional, como el rechazo a los TLC, forma atenuada individual por país del ALCA derrotada en Mar del Plata, Argentina, en Noviembre del 2005. Son las fracasadas políticas que exigen, a cambio de las sacrosantas “inversiones privadas”, la entrega del patrimonio nacional al imperialismo. Como es la defensa de la biodiversidad ecológica y el derecho a la vida, que en Europa tienen amplia experiencias concretas.
EL DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO EN LA LUCHA DE CLASES:
La respuesta de los pueblos a estas condiciones del curso social de la civilización y la organización humana, se expresa con formas desiguales, distintas en las regiones, pero siempre combinadamente, pero no existe una línea divisoria entre sí, por el contrario se van unificando los distintos factores de un mismo proceso mundial y regional. Frente al crecimiento antisocial de las economías capitalistas se desenvuelve la armonía de las relaciones humanas. Así, en Europa, en la forma mediática aparece la derecha como triunfante, pero socialmente e históricamente es la gran derrotada en su estructura porque no se afirma el sistema, sino se polariza por arriba de todas las direcciones y concentra en la abstención electoral. Pero ello viene después y en medio de grandes movimientos de masas, como en Francia, Inglaterra y Alemania, con manifestaciones, huelgas y movilizaciones de los trabajadores, arrastrando a sectores medios de la clase media. Allí se puede medir la verdadera intensidad del curso social y sus perspectivas revolucionarias. Cuando Sarkozy tiene que decir “hay que refundar el capitalismo…” en Francia y tiene enfrentamientos con Bush y busca aliados en su terreno y con los que vienen y están en el campo de los exEEOO y la URSS. Cuando el sistema apunta a China Estado Obrero sui géneris, como el posible elemento centralizador de la economía mundial por sus reservas monetarias y papeles del Tesoro de los EEUU, por el bajo costo de la mano de obra y gran productividad, y que catapulta el valor de su moneda como divisa común de cambio, muestra una crisis del sistema ineludible.
El pueblo en el Perú no ignora este curso, es parte de él y su progreso. No hay lugar en la tierra donde el desarrollo de la conciencia humana no esté unida como género humano. Ver la lucha por la tierra y el habitat como un problema “indígena, étnico” es reducir la capacidad del pueblo en lucha por el progreso social. Es querer ignorar o, peor aún, paternalistamente ocultar lo que ven y escuchan del mundo sintiéndose una parte de él, aunque no tengan todos los medios ni puedan viajar. El maestro J. Posadas planteo en el año 1964, acerca de las críticas al porqué los campesinos indígenas bolivianos cambiaban una vaca por un radio transistor, y los “intelectuales” y seuda izquierda criticaban al campesino que se moría de hambre y la vaca era alimento. J.Posadas planteó “ellos, los indígenas bolivianos se están alimentando el cerebro, su conciencia de clase, con el mundo con las radios cubana, china y Soviética que escuchan…” Hoy, el camarada Evo Morales es un émulo de esa etapa, pero las masas campesinas también, defendiendo la pluri-nación socialista.
Lo que hoy une la lucha de siglos por la Independencia Nacional como los levantamientos ante la invasión española, inglesa, francesa y norteamericana es que el centro es la vida, el derecho a ella en cada vez más consciente y mejor condición política social, siguiendo y siendo el mismo curso. Los progresos de la civilización, los cambios tecnológicos, técnicos, informáticos, medicinales en la producción no borran ni pueden cortar el hilo histórico de la lucha de clases. Por ello se expresan en resultados electorales en Europa, como en el levantamiento, aún no terminado y en compás de espera, de los pueblos amazónicos ahora apoyado por poblaciones enteras como las de la ciudad de Pucallpa, Tingo María , Bagua Chica y Grande, que se extiende al Sur por el Cuzco, y en Lima Capital. En esto nada tiene que ver el terrorismo absurdo y demencial del recientemente renacido y oportuno (para el gobierno y el departamento de Estado de los EEUU), Sendero Luminoso (SL).
EL NACIONALISMO Y ESTADO REVOLUCIONARIO HOY:
Esta defensa territorial con levantamiento social, es de clase y revolucionario y en parte retomando un cauce nacionalista, revolucionario antiimperialista como el del 3 de octubre de 1968, que quedó interrumpido en 1975. Las experiencias y fuerzas que aquella breve etapa generó no se han perdido, como en Bolivia por la misma época, ni en Nicaragua que avanzan ahora en la reconstrucción social de la economía y el Estado revolucionario.
El acuerdo de suspender la aplicación del decreto Ley 1064 y 1090, que derogó la Ley Forestal y de Fauna Silvestre del año 2000, fue pactada en conversaciones de los tres principales actores del sistema, la lidereza de Unidad Nacional, Lourdes Flores, el premier Yehude Simon, y los ministros Mercedes Aráoz (Comercio Exterior), Justicia (Rosario Fernández) y del Ambiente (Antonio Brack) y el titular del Congreso, Javier Velásquez, con el apoyo del Fujimorismo que terminaron por convencer a los legisladores afines al gobierno. Los unió el miedo social y político ante la huelga general de 24 h con adhesiones de todo el país, que pesó más que las prebendas y acuerdos con las trasnacionales mineras, petroleras, madereras etc.
El papel de la COICA, que fundada en 1984 reúne a gran parte de los pueblos amazónicos, y se apoya desde el 2007 en la Declaración de los Derechos de los pueblos indígenas de la ONU, el asesinato en estos días de parte de su dirección y el refugio en la embajada de Nicaragua, que le concedió asilo político al dirigente Alberto Pizango, son claro exponente que la lucha continúa. Los acuerdos de la ONU, cuando se deben aplicar contra las trasnacionales son letra muerta en la medida que no crecen con las organizaciones sociales y sindicales del pueblo trabajador. Así el vecino mundo andino, que viene siendo atropellado de mucho antes y más profundamente por los intereses de la oligarquía terrateniente y las trasnacionales mineras en siglo y medio de robo despojándolos de sus tierras ancestrales, se organizó rompiendo con el conservadorismo que tiende a generar la etnopolítica, que los separa del interés común como nación. Una cosa que estos acontecimientos han comenzado a despejar y mostrar son las serias contradicciones y antagonismos de clase entre el gobierno que negocia TLC con los EEUU (trasnacionales) desconociendo los intereses regionales y nacionales. El desarrollo de la economía vista como progreso del conjunto de la sociedad no elimina existencias étnicas. En la Amazonía, donde el capitalismo ha desaparecido unas 200 y 30 de ellas en territorio peruano, el curso pasa por incorporarlas a los beneficios que significa la civilización, sin borrar las culturas que, además, son parte indivisible de la civilización humana. El capitalismo, la propiedad trasnacional no entiende esto así, y se apodera de sus tierras de superficie y profundas, de ríos y vegetación en forma indiscriminada utilizando a los pobladores de la región como mano de obra barata para sus empresas. Una proletarización forzada, a bajo costo, que enriquece a la propiedad trasnacional, que produce mortalidad en los pobladores por enfermedades transmisibles para ellos desconocidas, pero centralmente destruye la vida comunitaria que es socialista en su base estructural porque la propiedad es común, como en los Andes lo eran las Comunidades Indígenas que éste y otros gobiernos han ido eliminando a través del “reparto individual de la propiedad de la tierra”. Mientras el gobierno solo hace eje de la muerte de 25 policías, en un desigual enfrentamiento de miles de campesinos indígenas y trabajadores de las ciudades con algunas armas tomadas en muchos casos a las propias fuerzas de represión, con fuerzas armadas con equipo militar que incluyó helicópteros del gobierno que ordenó el desalojo de los piquetes que protestaban desde hace 50 días contra la expropiación de sus tierras y derechos civiles, como parte del paquete TLC firmado con los EEUU, a manos de empresas trasnacionales. Hay decenas de desaparecidos en el campo popular, por esta razón los nativos conocedores del río Marañón peinan desde el puente Corral Quemado hasta el Pongo de Rentema buscando a sus hermanos. Por el sur en Quillabamba (Cusco) los indígenas del Bajo Urubamba se movilizan con los campesinos de la región, y en las ciudades se organizan trabajadores, estudiantes, profesionales contra la masacre en Bagua y en apoyo a la justicia social que exigen los pobladores amazónicos.
Es ya un movimiento social nacional y popular el que enfrenta una política neoliberal del gobierno de un Alán Garcia desfasado en el tiempo. Plantearse esta crisis con un discurso apoyado en la “expulsión del blanco y una vuelta a tiempos precolombinos” es absolutamente marginal en la población, que como en Venezuela, Ecuador y Bolivia avanzan en constituciones revolucionarias en su esencia antiimperialista y anticapitalista, que es lo mismo que desenvolver la vuelta al futuro en forma socialista. Y a eso teme el sistema capitalista, a que la revolución nacionalista encabezada por Gral Juan Velasco Alvarado el 3 de octubre de 1968 encuentre la forma de romper la interrupción de estos 34 años porque está presente en el espíritu nacional popular y revolucionario de la defensa de los derechos amazónicos del Perú, pero también del resto de América latina.
El movimiento nacionalista revolucionario en el Perú deberá avanzar sobre este curso. El Partido Nacionalista Peruano, que dirige Ollanta Humala, como los sindicatos, la CGTP con su secretario general Mario Huamán, los partidos de la izquierda y bases trabajadoras del APRA que nada tienen que ver con la política actual de superconvivencia con las trasnacionales y el imperialismo, serán las que en la etapa que se está abriendo deberán reconstruir un Frente Antiimperialista, Nacionalista y Revolucionario que se dio durante 7 años (1968/75) y que está vivo en la conciencia social y en la necesidad para sacar al Perú del atraso del sistema capitalista. Sus vecinos Bolivia y Ecuador ya transitan este camino al socialismo.
Así como en Europa las masas en su lucha diaria, de clase, seguirán derrotando la política reformista de la socialdemocracia y votarán con los pies en las calles, en las fábricas y empresas capitalistas que en quiebra despiden trabajadores y cierran. Se expresarán por las más amplias avenidas de la democracia social, por los Movimientos Sociales de frentes únicos de masas formados por trabajadores activos y desocupados, marginados de la producción por el sistema capitalista en crisis, de sindicatos que reúnan la fuerza social y laboral, de partidos y corrientes políticas revolucionarias, en la que los ecologistas tienen un papel importante para la reconstrucción de Europa.
En la lucha por los derechos a la vida, son similares en la Amazonia y en Europa, y en el Norte argentino. No es problema de civilización, sino de sistema social. Entre el obrero alemán, ingles, sueco o francés y los campesinos e indígenas del Perú, no hay diferencias de clase, solo la distancia geográfica. Unos se expresan en la crisis de la socialdemocracia y no votando negándole al sistema su respaldo, sus hermanos en América latina construyendo el socialismo en algunos países, y en otros como en Perú impidiendo el saqueo imperialista.
Eliseo Ramírez
8 de junio de 2009.