Cualquier similitud no es casual entre este profundo análisis de Federico Engels acerca de la sociedad esclavista, el feudalismo y el actual capitalismo ya en su etapa imperialista ( V.I.Lenin), en su etapa final, que habiendo perdido la hegemonía del mundo quiere imponer por la vía de la regresión de la historia su supervivencia como inventando un «anarco capitalismo», -que en sí mismo al no tener posibilidad sociopolítica de sostenerse porque es contradictorio desde el anarquismo y el capitalismo aunque le pongan portador de la escuela austríaca  a dos sistemas-,  es intentar una forma de sociedad donde el antagonismo es la base de la existencia.

Sin duda no para intentar imponer esa concepción de vida se necesita de un arlequín que no tenga una relación lógica con la vida y el valor de la existencia consciente que como nos enseña la naturaleza en millones de años siempre es colectiva más allá de que su nacimiento pueda ser ocasionalmente individual.

Pero además, y fundamentalmente en la política del Estado que responde a los intereses de una sociedad basada en la explotación de la fuerza del trabajo por una clase social y genera una contradictoria democracia a su semejanza  que funciona como una doble imposición de las relaciones naturales, pero Estado de transitoriedad por ahora necesario ante cualquier forma de del individualismo feroz que se condiciona con el monopolio nacional y mundial imperialista, y del cual el “anarco capitalismo”  quiere ser su brazo ejecutor- ver  reciente declaración del Sr. Milei en Davos-.

Plantearse con ese capitalismo seudo anarquista u libertario es una regresión en la historia porque necesita justamente eliminar el derecho a la propiedad del individuo social, tal cual lo plantea Marx y Engels,  que nace desde las fuerzas productivas  como forma de organizar la administración de la sociedad de los productores.

Marx y Engels siempre tuvieron razón.

LC-28 febrero 2024- fundación.j.posadas@gmail.com

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“La única  diferencia franca en comparación con la antigua esclavitud es que el trabajador de hoy parece ser libre porque no se vende de una vez por todas sino poco a poco, por día, semana y año, y porque ningún amo de esclavos lo vende a otro, sino que el propio trabajador se ve obligado a venderse a sí mismo, siendo el esclavo no de una `persona sino de toda la clase poseedora.” Federico Engels.