EL BANCO CENTRAL, EL CAPITALISMO Y EL ESTADO REVOLUCIONARIO
El problema real de la crisis interna del gobierno, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no es otra que el sinceramiento de un proceso político en el que la definición de objetivos de los poderes, a qué sirven: o al viejo neoliberalismo aliado del imperialismo o al intento de conseguir un capitalismo bueno con un gobierno nacional y popular. Esto aparece cada vez más en la superficie e imposible de esconderse. En términos concretos es, que sostener lo alcanzado solo se puede hacer profundizándolo aún cuando ello choque con los objetivos de encontrar un equilibrio y capitalismo “bueno” iniciales de la política de gobierno y de cara al derrumbe neoliberal y la necesaria reconstrucción del país después del 2001. Lo acontecido no fue un hecho circunstancial en la historia del país, sino el final que comienza con la salida de Perón en 1955 y una larga etapa de luchas sociales y políticas durante 55 años, del curso socio político interrumpido y que avanzaba a la refundación política y económica del país con la intervención organizada de amplios sectores de las masas trabajadoras y el papel central, protagónico, del proletariado peronista y la población unidos en el sentido de clase explotada. En el 2003 eso se retomó bajo otras formas, espacios y tiempos, pero reanimando un curso suspendido pero no aplastado de la Argentina productiva y socialmente viva con la intervención de grandes masas de trabajadores. El mismo Perón decía que finalmente el socialismo será la perspectiva.
Los progresos logrados desde mayo del 2003, hoy chocan con el sistema no cambiado en su raíz como sistema y son enfrentados por la Unión Democrática de esta etapa, variopinta oposición pero consciente de que finalmente lo que está en cuestión es el sistema y la república oligárquica que defienden Hernán Pérez, Cobos, De Narvaes, etcétera. Es contra la política, que aún avanzando a veces timoratamente, en términos medios, refleja ese curso revolucionario interrumpido en 1955, pero no olvidado ni destruido en la conciencia social de la gran masa de trabajadores. Proceso nacionalista antiimperialista que vuelve a experimentar, como en sus orígenes históricos, que ahora va a enfrentarse con una disyuntiva estructural de la que no se puede escapar una definición, porque es consigo misma, una condición en la que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, hoy está dispuesta a enfrentar junto al pueblo, volviendo al futuro del estado nacional y popular como hace 55 años. Un gobierno que debe estar dispuesto a romper los marcos del corsé que le impone el sistema, su institucionalidad basada en la desigualdad social y la legalidad de una Constitución hecha y reformada a la medida de los que no quieren el desarrollo de un país verdaderamente Justo, Libre y Soberano.
EL CAPITALISMO NO ES DISTRIBUTIVO
No existe el capitalismo bueno, lo que existe es capitalismo y este tiene sus reglas, patrones de funcionamiento como única forma de existir. No tiene otra forma de vida como sistema político y social distributivo que la que hace en distintos niveles y formas pero una misma estructura en todo el mundo. Se justificó en la historia por la superioridad en “la forma centralizada y concentrada de su funcionamiento que permitió el desarrollo de la revolución industrial, tecnológica e informática. Correcta en cuanto a la planificación mundial de la producción como hacen las trasnacionales (“JH 1987” ), pero que se niega en la distribución con apropiación individual del capital de la producción colectiva. No son las empresas ni la dirección necesaria del trabajo productivo lo que está en cuestión, sino el papel del capital y el trabajo.
A los capitalistas, no al pequeño empresario, sino a los que concentran la economía del sistema, no se los puede ganar a una distribución justa de lo producido. Solo y finalmente será la nueva sociedad socialista la que redistribuya “ A CADA UNO SEGÚN SU NECESIDAD” y no como ahora según su “capacidad de apropiación”. A ello se llega, no solo dialogando sino por la imposición y las reglas de la lucha de clase. Todo lo demás es jugar al gato y al ratón cambiando alternativamente los personajes, entre el gobierno y la oposición.
Ello no cambia el apoyo a este proceso que retoma un curso histórico, y que unas veces se da en el campo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por las importantes medidas que jaquean al sistema neoliberal oligopólico, otras por el que viene de la lucha de clases, de toda la población, en particular por el papel de las organizaciones sindicales, movimientos sociales y partidos y organizaciones revolucionarias. La CMP, como otras organizaciones en construcción, el papel de la CGT y el ala de clase que plantea la aplicación de los programas de La Falda y Huerta Grande y los 26 puntos de Ubaldini, etcétera, son la garantía desde el campo Popular de este curso.
LA JUSTICIA CAPITALISTA DEFIENDE EL CAPITALISMO NO LA REPUBLICA SOCIAL
Basta mirar el prontuario de trabajo y relaciones de la Dra. María José Sarmiento, la jueza que repone a Hernán Pérez (alías Martín Redrado por su segundo nombre y apellido) para ver con claridad como funciona el sistema colocando sus fichas en puestos claves y jugar el papel no de la “ciega justicia” que no mira a quién juzga, sino identificada a quien favorece. Esta persona, hija del Teniente Coronel Luís Sarmiento, quién revistó en la Secretaria de Inteligencia del Estado durante la dictadura civico-militar; que en 1982 fue delegado de la SIDE en la Sudáfrica del apartheid; que el representante legal en la SIDE era su colega Eduardo San Emeterio, quien cursó en los 60 en la Escuela de las Américas y Escuela Superior de Guerra de Francia. Su hijo homónimo es un ex liceísta que defiende a los acusados de la masacre de Margarita Belén, y a Luciano Benjamín Menéndez y Cecilia Pando. Jueza que durante el “corralito” de Cavallo y de La Rúa, estiró o mandó al limbo judicial, justos reclamos de ahorristas que, con más de 85 años, reclamaban a la justicia la recuperación de sus ahorros con los que vivían, y muchos murieron antes de poder cobrar, como denuncian ahorristas y jubilados.
La estructura del aparato judicial, como el derecho basado en el romano, responden a su naturaleza de clase. Por eso existe una jueza que en 2 horas resuelve y ejecuta sobre un asunto que engloba el funcionamiento del gobierno y el sistema constitucional. No es pelea de poderes, sino de aplicar las leyes de la República y la misma democracia burguesa en que se apoya la institucionalidad desde la constitución del 1853, reformada en 1994 durante el gobierno de Carlos Menem, neoliberal (1989/99), en acuerdo con la UCR conocido como “El Pacto de Olivos”. Una Justicia que ampara un funcionamiento de Supra Estado por el Banco Central y restituye a Hernán Pérez en su función a quien debería ser un simple ejecutante de la política de gobierno, sin ningún derecho especial de giro político en el país, ni de fijar la política económica del Banco. Su poder emana y se legitimiza por quién se los otorga, en este caso la presidenta y de la república, y sin ese respaldo es ilegítimo. Es allí donde esta “Justicia” asume su papel de legalidad o traba permanente, como el caso de la Ley SAC, paralizada por otra jueza en rapidez desconocida en el funcionamiento jurídico.
Esto no puede soslayarse, minimizarse, es necesario que toda la sociedad discuta e intervenga, porque es la agredida y violada por los que desnaturalizan la función manejando de espaldas al interés común, el sistema judicial. La Justicia es uno de los pilares de la República, pero ésta se encuentra enajenada al poder económico y allí entonces usa miles de resortes para trabar el progreso social, sabotea como máquina de impedir siendo uno de las factores desestabilizadores, como en Honduras, creando las condiciones para el “golpe institucional”. Es el bloque de poder contra los intereses y poderes que emanan del pueblo, para el caso contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero el pueblo sabe de aquel conocido refrán “Hecha la Ley Hecha la Trampa”.
Todo esto condiciona y deja expuesta a una de las partes de la hegemonía con que se mueve el sistema capitalismo sobre el resto de las clases.
Eso no debe quedar fuera de esta discusión ya incorporada al imaginario popular acerca de las necesidades que plantean a resolver el progreso del proceso político y social en la construcción de un ESTADO REVOLUCIONARIO que exprese el interés común en armonía con los tres poderes. Hoy el poder hegemónico del sistema no cuestiona solo al gobierno, sino que lesiona la democracia burguesa para defender sus intereses políticos en el mediano y largo plazo. Reacción explicable porque de fondo ve que se está cambiando las relaciones de ese bloque de poder de 200 años de existencia. El capitalismo siente que pierde poder, no su capacidad de acumulación económica, sino poder social en la permanente lucha de clases y eso los aterra.
El Banco Central autonómico, es creado por la dirección del sistema capitalista mundial vía muchos organismos, las trasnacionales, el FMI, el BM y las políticas coloniales y necoloniales para controlar al incipiente desarrollo de las burguesías nativas. Esta Justicia se ubica como garantía ante el sistema capitalista mundial. Y esto no es nuevo en absoluto, en Venezuela para la Justicia no hubo golpe de estado, asesinatos, represión social durante 47 horas por un seudo gobierno de Carmona, etcétera, ni tampoco la acción del pueblo y militares patriotas, nacionalistas y revolucionarios reponiendo el orden constitucional y al presidente Hugo Chávez, entre el 11 y el 14 de abril de 2002. Por ello, como en otros países de América latina, la lucha es el control de los Bancos centrales o su desaparición, sometiéndolos a la política social y revolucionaria de los Estados. El Banco Central puede ser herramienta para los procesos revolucionarios como también en la otra vereda un externo control a los países. Hay que apoyar, estimulando al gobierno, a que el Banco Central cambie su carta orgánica, y éste, sus reservas como ahorro de toda la nación tenga en la función de la economía nacional una acción de progresivo apoyo a la producción por empresas Cooperativas, PIMES, Mixtas estatales y cooperativas, Autogestionarias y empresas de necesidad Públicas y básicas, como las energéticas y de servicios social, totalmente estatales.
EL BICENTENARIO, LA CONSTITUYENTE 2010 Y LA REFUNDACIÓN DE LA NACIÓN:
El capitalismo basó su superioridad sobre el feudalismo en la forma concentrada de producción y el comercio posterior. La fuerza del trabajo era la base de esa concentración, no las materias primas como dice la falacia del sistema; estas sin el trabajo humano incorporado son piedras o plantas, yuyos o aguas sin valor alguno.
Ahora, qué tiene que ver esto con el Bicentenario, la Constituyente, la necesidad de refundar la Nación y el Banco Central “autonómico” por orden del Consenso de Washington, el FMI y las trasnacionales”? Absolutamente todo porque es allí donde se da la concentración hegemónica del poder del sistema, que hay que romperlo y cambiarlo revolucionariamente por otro superior, el socialista. La credibilidad de un país no se puede medir por su capacidad de pago de Deuda Externa, sino del bienestar general de su población, en particular cuando esa Deuda ha sido concertada y tomados por los bloques de poder hegemónico del capital enquistado en los gobiernos.
Las crisis con los Bancos Centrales se repiten en los países cuando éstos consiguen políticas que los alejan de la dependencia económica y sumisión política contigua. Los países de la periferia del sistema capitalista a veces logran cierta independencia, una es cuando logran integrarse regionalmente, como en el UNASUR y los del Caribe y Venezuela. La vida de países que llegan al crecimiento económico pero sometidos al mercado mundial capitalista aumentan geométricamente la desigualdad del ingreso per cápita. El neoliberalismo y su libre mercado llevó al 60% de la población a trabajar fuera del circuito legal, economía negra propia del fin del sistema; que en países la pobreza pase el 80%, el ejército de desocupados por arriba del 25% como tasa normal. Esa es una situación explosiva que lleva a que el bloque de poder, que hegemoniza siempre el sector más concentrado del capital, sea industrial o oligárquico, vea peligrar su poder de decisión política y la gobernabilidad creando organismos supra estado fuera del control económico. Los Bancos Centrales funcionan como Control Internacional legal por arriba del Estado Nacional y los gobiernos, porque responden al sistema mundial capitalista centralizado en sus principales instituciones, FMI, BM, etcétera que controlan la vida económica de los países. Por eso al elegir los presidentes de los Bancos Centrales, los gobiernos están fijando su verdadera perspectiva de desarrollo independiente o no. Hernán Pérez, (Martín Redrado), tiene claro esa función e hizo una política neoliberal haciendo concesiones al gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, hasta que el curso le mostró que debía jugar el papel acentuando su rol de representante del capitalismo global, concentrado y no nativo que es además sumamente débil. Se repite bajo otra forma el tema de la Valija de dólares del norteamericano Antonini Wilson, agente de la CIA, que quiso comprometer a los gobiernos de Venezuela, Argentina y Uruguay. El objetivo es el mismo. Por eso parte de la Justicia y el Legislativo se suma a esta consigna: derrotar el proceso de cambios, que aunque por ahora, no aparecen cambiando revolucionariamente la estructura del sistema, empiezan a dar formas de construcción de una nueva estructura política más afín al desarrollo nacional y popular y por ello revolucionario que pone en peligro la hegemonía del sistema de bloque de poder vigente. Poder que hay que tirarlo abajo.
Es el mismo problema, que está pasando en Venezuela, Ecuador, Bolivia, etcétera; es que esa etapa de cambios no se realiza gradual, paulatina y pacifica transición, sino que los vientos de cambios generan reacciones violentas del bloque del poder hegemónico y este organiza lo que para ellos es la supervivencia de su sistema. La contrarrevolución, y eso es el trasfondo de esta acción coordinada de toda la oposición reaccionaria y los imbéciles útiles que los siguen, así está actuando aquí.
Ello marca divisiones en el campo de los que han avanzado hasta y por ahora y sienten que se vienen definiciones de clase que no quieren tomar, pero a su vez también va nutriendo el campo de la clase trabajadora, que ven aumentado su papel protagónico y poder de decisión.
Se entra en la etapa de construir la nueva concepción de la existencia, y del llamado Sentido Común de la sociedad. Se va rompiendo la, hasta ese momento, sólida estructura del sistema capitalista, y se abren paso nuevas formas de producción y distribución colectivas. El Bicentenario debe encararse desde este punto alto, de los éxitos de las medidas como con la estatizaciones de los fondos de jubilación, la Ley SCA, el subsidio por hijo, la Ley de Cooperativas como fuente de trabajo productivos (nosotros proponemos, economía social colectiva que construya el PBI, y socialmente una economía productiva con alta intervención y valor agregado de mano de obra, que compita y sea alterna a la economía capitalista) y otras, profundizándolas como la necesaria revisión de la Carta Orgánica del Banco central, y la Ley de Entidades Financieras. Apoyándose para ello en las fuerzas revolucionarias que apoyan al curso nacional y popular, que ya tienen una base social importante. En este sentido, apoyamos la creación del “Fondo del Bicentenario”
decidido por la Presidenta de la Nación.
Estimular y apoyar el papel de las organizaciones sindicales, CGT, como de los Movimientos Sociales en general. Hacer una alianza con los trabajadores partiendo de las realizaciones hechas y al mismo tiempo avanzando en una Democracia Participativa con poder de decisión y autonomía de clase. Una política económica distributiva con participación y poder de decisión social de las bases trabajadoras.
El sistema, su hegemonía de poder, desde la vereda del capitalismo creó toda una estructura e instrumentos en los Tres Poderes y hoy los está utilizando para golpear y ahogar el progreso social. No es tiempo de hacer llamados a la unidad perdiendo el sentido de la división de clases en que esta sociedad se basa. Hoy hay que movilizar a la sociedad que debe apoyarse en las organizaciones sociales. Para ello Constituir un FRENTE AMPLIO NACIONAL POPULAR Y REVOLUCIONARIO. No se puede especular con las elecciones del 2011, sino hacer ahora la política de integración social, nacional y regional, en base a una política verdaderamente democrática y revolucionaria. Allí se discutirá el problema de la Deuda Externa, su origen y destino.
El Golpe Blando, Blanco o Institucional está en marcha y lo encabezan Cobos, Redrado, el PRO, CC, etcétera, quedarse en el medio es estar con la reacción, la Unión Democrática y el imperialismo.
Apoyemos sólidamente al gobierno constitucional de Cristina Fernández de Kirchner, a los que desde el Legislativo respaldan este gobierno y curso nacional, popular.
Que la CGT, los Movimientos Sociales, Partidos Populares, Revolucionarios, Organizaciones Culturales, Comunales, instituciones profesionales, militares, artistas, etcétera organicemos la respuesta derrotando el Golpe y defendiendo la Democracia y la Institucionalidad.
NO PASARÁN!! NO VOLVERÁN!!
Hasta la Victoria, con dignidad, Siempre!!
Eliseo Ramírez, 10 de enero de 2010.
Texto aprobado y adoptado como resolución política por la dirección nacional del POR (Posadista), Luis Martínez.
INFORMAMOS:
El jueves 14 de enero a las 10 horas, sindicatos, movimientos sociales, agrupaciones políticas y culturales, de la zona Sur del Gran Buenos Aires realizarán Acto y Radio Abierta frente a las oficinas del Banco Central, Reconquista 266 (CABA), en apoyo a la presidenta Cristina Fernández y por un Banco Central en beneficio de toda la sociedad.
El viernes 15, a las 17 horas, en el teatro Bambalinas, Chacabuco 947 (CABA), se auto convocan personalidades de la cultura y decenas de organizaciones políticas, movimientos sociales y sindicales en una libre discusión acerca del curso actual del proceso nacional y popular y el necesario respaldo a la presidenta ante el embate golpista destituyente de la derecha imperialista. Como así mismo poner las bases para festejar el BICENTENARIO desde el campo nacional y popular con todo lo que ello engloba.